las últimas hojas marchitas



Al cesar el aire, el bosque va volviendo en sí. Como lo hacen las vidas. No siempre el viento se marcha de modo verdadero, sino que tiene pequeños conatos de permanencia. Cuando veas la postrera niebla, sabrás que la luz va a ocupar de nuevo el espacio que le pertenece. Algunos signos de arrasamiento serán también señales de renovación. Tras las últimas hojas marchitas despuntan los brotes de nuevos colores. Dos mundos se enfrentan y se buscan. Una carrera de relevos en la que incurre el hombre y sus trabajos y sus aventuras.