atisbos



Cuando te aproximas al hontanar recuerdas otros paisajes, que no por pretéritos están olvidados. Aquellos menos afortunados por el signo de la naturaleza o de los tiempos. Los escasamente fértiles, los ásperos, incluso los más yermos. Los que has contemplado en tu caminar y los que has sentido de tu pecho para adentro. Y en ellos ves redivivas las sensaciones rebeldes que se desataron en ti y las huidas incitadas por la impotencia. El arrastre oneroso de la sequía cubrió los campos y germinó en las almas débiles. También te tocó a ti su parte. No pienses en ello ahora. Bebe y refresca el paso siguiente.