crepitar



Oteas pequeñas llamas. Corres a prender tu mirada en ellas. El aire las difumina. Te parecen imprecisas pero intensas. Eso te seduce más. Inquietante su crepitar. Al acercarte sientes su fuego. Retrocedes pero te las encuentras cortándote el paso. Buscas el piélago no lejano. Sigues con tu olfato la dirección de la humedad. También sus orillas se encienden. Estás cercado. Contemplas ansioso el cielo. Las nubes transitan desinteresadas, veloces. Hay cada vez menos espacio bajo tu figura. Desde todas partes las llamas trazan un círculo en torno tuyo. Golpeas con el pie el suelo. Intentas horadarlo con el peso de tu corpulencia. La tierra arde también y no reconoce el vigor del hombre. Caes y te agazapas. Te refugias en el sueño.