reptador



El camino está lleno de acontecimientos maravillosos. Plantas que dotan al paisaje de color y de aroma. Insectos que trenzan sus sonidos ensordecidamente. Pasadizos umbrosos para aligerar el cansancio. Cañaverales que reparten la brisa de los ríos. Y también seres híbridos. Seres con caparazón radial, como caracoles que han renunciado a su espiral. Individuos expansivos que crecen a la par que reptan. De su antigua efigie humana les quedan los tentáculos con que además se aprovisionan del alimento. Nadie se atreve a darles un nombre. Acaso no lo tengan, pero existen. O eso dicen.