racimo



Si la atracción de los colores es tan fuerte, ¿qué te priva de catar esa baya acorazonada? Las encuentras por todas partes, pero has oído hablar de su poder dual. Dicen que refresca el paladar pero que luego reseca las vísceras. Dicen que su rojez deslumbra a los ojos pero que más tarde los nubla. Dicen que su aroma embriaga pero que si lo aspiras demasiado te revuelve la mente. Dicen que su textura se deshace placenteramente pero que su amargor rasga el tránsito hasta lo más profundo. Dicen que su piel es cálida y que si no lo sueltas enseguida abrasa tu mano. La tierra propone y no siempre lo que da es para el hombre.